Segundo disco de la banda pionera del rock satánico. Este disco está muy guay, honestamente lo está, especialmente por la voz de la talentosa y maravillosa Jinx Dawson, pero no queda ni traza del rollo demoníaco del que hacían gala en el primer álbum, lo cual hace que sea bastante menos especial. La cuestión es que el timing del primer album de Coven fue nefasto, coincido con los asesinatos de la familia Manson y el comienzo del “satanic panic” en EEUU, que precipito la muerte de los hippies y el alzamiento del noconservadurismo, de modo que su LP de debut “Witchcraft Destroys Minds And Reaps Souls”, por lo que sea, fue un escándalo sonado y se retiro de la venta, a ellos se les despidió de la discográfica y se les intento echar de la industria. Lo que nadie esperaba es que Coven grabase una cancioncilla para una peli de artes marciales de bajo presupuesto que se convirtió en un éxito menor en el año 71 (Billy Jack, film de culto del cual Tarantino reconoce haber sacado inspiración para el personaje de Brad Pitt en Once Upon A Time In Hollywood). Catapultados por la película, Coven coló “One Tin Soldier” en las listas de éxitos de ese año, de modo que oliendo el dinero, las discográficas volvieron a interesarse en Coven para un nuevo álbum, pero eso si, tuvieron que dejar todo el rollo satánico en su vida privada. Una lastima. Aun así es un disco que vale la pena escuchar, y es un detalle encantador, a la vez que un poco triste, que en la foto de la portada la banda cuela con disimulo un motón de manos haciendo los cuernos, como diciendo, “hay que comer, pero seguimos aquí”. Que banda mas enorme hubiesen podído ser si no hubiese tanto meapilas suelto. Por cierto, si hay algún productor de cine leyendo esto, que sepa que aquí hay material de biopic.
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