Hito absoluto de la historia de la música. Segundo disco de
la banda, que salvo por Dio y Blackmore cambia a toda la formación, trayendo
entre otros al bajista Jimmy Bain (que luego seguiría tocando con Dio) y al
batería Cozy Powell, de quien ya hablamos con el primer disco de Bedlam, y que
ha tocado con todo dios.
Estamos ante un pilar del heavy metal, las
composiciones de corte neoclásico, la potencia de voz de Dio y la guitarra de
Blackmoore, la temática a lo Dragones y Mazmorras (que otros como Uriah Heep la
habían usado antes, pero hasta Rising, la unión de Rock y fantasía no había
cuajado tan bien en un disco de tanto éxito, ayudando a popularizar estos temas
entre las masas) la portada… ¡LA PORTADA! ¿Puede haber imagen más épica, más
heavy y más memorable que esta pintura del mítico Ken Kelly? Y todo el disco
son temazos, pero… Stargazer… Se me ponen los pelos de punta cada vez que
escucho esa canción. Obra de arte máxima, dieses absolutos. Ya les gustaría a muchos géneros musicales
tener una obra de este calibre en su haber… Como dirían Manowar, “Wimps And
Posers Leave The Hall!”
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Fuente: Discogs |
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