El disco de Stanley es donde ya nada pasa el corte. No tiene la vena experimental del de Simmons (que al menos un cierto riesgo siempre es de valorar), sigue con el rollo rock duro típico de KISS igual que Freheley, pero lo hace de una manera muy poco memorable, con composiciones bastante anodinas en su mayoría y que en ocasiones parecen descartes de KISS (Por ejemplo It’s Alright parece totalmente una versión desechada de Strutter). En fin, lo único que vale la pena es la cubierta, que al igual que las otras tres está pintada por el pintor italiano Eraldo Carugati, y que la verdad, son bien míticas.
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| Fuente: Discogs |
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