Tercer disco de la banda australiana. Debo decir que este disco es el peor que he escuchado en lo que llevo del 71 y de todo el 70 y recordemos que eso incluye dos discos que han sido catalogados en varias ocasiones como los peores discos de rock de la historia por la crítica musical. Según yo lo veo, hay varios males en el rock de los 70, y uno es el blues rock. No tengo nada en contra del blues (ni del blues rock), pero en los setenta cualquier melenudo agarraba una guitarra y se ponía a tocar blues tirando de los ritmos y acordes más facilones y trillados del género sin aportar nada, metiendo distorsión psicodélica a lo Hendrix para justificar el subfijo “rock”, con letras sobre cualquier cosa… ¡Y a funcionar! Y con el rock en EEUU totalmente fagocitado por la industria musical, había discos de este tipo a toneladas, que son a la música lo que comerte un terrón de azúcar a la nutrición. Cero esfuerzo, cero creatividad, pero perfectos para poner de fondo en un bar o llevar en el coche.
Otro problema son las sesiones de improvisación empapadas de
droga para rellenar disco. Hay quien confunde el rock psicodélico o el
progresivo con tomar alucinógenos y ponerse a desvariar con unos instrumentos,
lo cual convenientemente también permite rellenar minutos y sacar un LP de 8
temas de los cuales realmente solo un par has tenido que tomarte la molestia de
componer (dándose muchas veces la siguiente estructura: Una canción guay, un
par de blues o jazz, improvisación loca, canción guay, otro par de blues o jazz
e improvisación loca). A veces las sesiones de improvisación psicoactivas han
dado buenos resultados (recordemos Wicked Lady) pero son las menos, la mayoría
de las veces tienes cosas totalmente carentes de estructura o interés, mal
ejecutadas, larguísimas e imposibles de recordar que no dejan poso y en el
mejor de los casos tampoco dejan dolor de tarro.
Bueno, pues este LP consta de cuatro (4) temas. El primero
es una versión del Gangster Of Love de Johnny Guitar Watson, que es un blues
que lleva uno de los acompañamientos más sobados, trillados y usados de la
historia del blues (el “stop time”, ya sabéis, Chanaaaan-chanan-mamá se llevo
las pilas-Chanaaaan-chanan… que tanto duran… que fue novedoso cuando lo usaron
Willie Dixon y Muddy Waters la canción “Hoochie Coochie Man” en los años 50,
pero tirar de el en el 71 no puede ser más básico). Bueno, pues esta versión la
alargan MEDIA HORA a base de improvisación y ocupa toda la cara “A” del disco.
Luego más blues rock (la mitad de la letra es “Baby”), luego otros 20 minutos
de improvisación loca en clave de blues cantando “I was born in the
Mississippi”… QUE SOIS AUSTRALIANOS, NO HABÉIS VISTO EL MISSISSIPPI NI EN
FOTOS.
Y finalmente un rock and roll. Y ale. Ya tenemos disco
nuevo.
TODO MAL.
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